sábado, 14 de septiembre de 2013

Y aquí estoy



Probablemente no es el mejor día para volver, ni el que más inspirada estoy, ni el que mejores líneas escribiré. Pero probablemente sí sea el día que más me sienta yo.
Lo reconozco, me he pasado un verano sin leer algo más que las revistas semanales que llegan a casa, cuatro whatsApps y alguna que otra página del Regadío, una revista trabajada que hacen en Cenicero dónde se recogen todo lo que ocurre durante el año, bueno todo todo no, falta que mis amigas y yo aparezcamos un poco más, pero vaya, que esto se quede aquí.
Con este poco historial de lectura, entenderéis mi desastre de escritura; porque ni una sola línea productiva he escrito en estos cuatro meses, ni una.
Aún con esto y que ha sido un día con buena dosis de impotencia, hoy me siento guay. Sí, guay; que es más que contenta, satisfecha y todo eso que también estoy. ¿Y por qué? Pues porque aparte de un dolor de brazo del horror, estoy rodeada de las mejores personas que pueden existir y lo mejor, que para esas personas, yo también estoy dentro de ese grupo.  Así que a todos, aunque nunca leáis esto, GRACIAS y que os quiero. 

''A veces tomas una decisión es más fácil de lo que parece, estamos más preparados de lo que creemos y nos entienden mejor de lo que esperábamos''

''Elegir sobre el hoy, no es decidir sobre el mañana, quizás el futuro lo tenemos claro pero no queremos que llegue al presente antes de tiempo''

jueves, 21 de marzo de 2013

Un grito a la esperanza


"El sol brillará mañana, que te apuestas tú a que mañana sale el sol. Si piensas que habrá mañana todos tus problemas y tus llamas, nada son. Cuando el día es muy gris o estoy muy triste la cabeza levanto y digo así..."

Permitidme gritar. No a la situación, ni al poder, ni a nada de todo eso que tanto me aburría antes. Quiero gritar a la esperanza. ¿Por qué no? Dicen que es lo último que se pierde, aunque dicen también que ya no podemos perder nada más.
Perdonad, supongo que sabéis de que escribo pero quiero aclararlo: la maldita crisis económica y la política, y la social, y la cultural...En fin, la crisis que sufre España que traspasa todos los ámbitos y que nos ahoga tanto que hasta calla a muchos.
Los bancos nos desahucian mientras nos roban el dinero que tanto esfuerzo nos ha costado ganar con un trabajo que ya no tenemos. Los políticos se ríen de nosotros repartiéndose dinero mientras no paran de aflojarse el cinturón. Los que más dinero tienen roban a los pobres, pero, lo que más pena me da, es que, como dijo Maribel Verdú al recoger su Goya, este sistema lo permite. ¿Es esto el cuento al revés de Robin Hood?
Sé que todo esto no es esperanza, todo lo contrario, pero es lo que hay; basta con encender el televisor o abrir un periódico para saber que todo esto ocurre, es real. Ser optimistas no es lo mismo que ponerse un pañuelo en los ojos. Yo soy optimista, no sé si con motivos o sin ellos, pero me da igual, lo soy.
Poco a poco aparecen pequeñas noticias positivas que dicen que algunos sectores empiezan a levantarse, ocupan una pequeña esquina en los periódicos si es que aparecen pero a mi me sirven más que muchas otras que sólo consiguen aumentar mi desconfianza, descontento, e incluso mi ira.
Esas noticias irán creciendo hasta ocupar portadas, lo sé. Esta no es la primera crisis y confío en que no os rendiréis hasta acabar con ella, yo no lo hago.
Dejadme pediros una cosa. Gritad a la esperanza tan fuerte como a quien os trate como borregos, salid a la calle y pelead, porque valéis mucho más de lo que os hacen creer.


viernes, 1 de febrero de 2013

Un día esperado

Pum, pum, ¿se puede?

Vuelvo, aquí estoy. -Perdonad la ausencia-. El origen por el que nació este blog ha terminado, pero he vuelto como prometí, llena de ganas, ahora más que nunca.
Apena ha pasado medio mes y he cambiado, poco pero he cambiado.
De primeras vuelvo con 17 años, uno mas de cómo empezó toda esta historia. No pude escribir para contarlo, pero alguien si lo hizo, así que estoy perdonada.
Pero a eso no he venido. Ayer (31 enero; cumple de mi primo Víctor, como dato intrascendente) se cerró un capítulo, el culpable de mis quebraderos de cabeza desde hace meses. Probablemente no fue de la manera que nos hubiera gustado, tampoco el momento. Pero ayer eso no me importaba, al menos a mí, y no saqué la mayor de las sonrisas, pero me alegre, me alegré mucho. Y quise sacar el champán al recibir esa foto, no voy a engañarme.
Hay una canción que tiene que estar aquí. Es una canción preciosa y una gran lección de vida. Además, es el título de una parte de un blog que recomiendo. Os recomiendo que no sólo la oigáis, escuchadla, escuchad su letra también y tenedla cuenta en la vida, siempre.
(Mañana cuelgo la canción, Julia se ha llevado mi pendrive con el programa necesario, ya me entendéis)

martes, 15 de enero de 2013

Miremos al mundo con otros ojos

Optimismo. Esa es la clave.
Sí. La situación no es buena. Todo el mundo lo sabe. Pero eso sólo debe darnos más fuerza para luchar.
Hay que abrir los ojos más allá del dramático mundo que nos rodea, más allá hay un mundo de bondad y amistad que consigue sacarnos una sonrisa.
Intentemos ser felices, tampoco cuesta tanto.

lunes, 14 de enero de 2013

Esta soy yo

Pues aquí estoy, esta soy yo. Tan asustada y no tan decidida como dice la canción, pero yo, sin tapujos.
Hasta ahora me había cobijado en bonitas fotos que rellenaban a la perfección el texto escrito. Pero ya era hora de hacerse ver ¿no? Supongo que sí.
No estoy sola, ni aquí ni ahí, ni ahora ni nunca. Aquí me acompañan algunas de las personas de mi vida, algunas e las más importantes.
Mis amigas, mis compañeras de batallas, esas que me agarran fuerte antes de caer y si aún así caigo (a cabezota no me gana nadie, que le vamos a hacer), caen conmigo. Algunos de mis amigos, mi hermana, mi primo y hasta mis abuelos; probablemente me maten cuando lo vean, pero ya no hay vuelta atrás, sorry. Pero os quiero.
Mil miradas a esas fotos colgadas, sí, así lo cantaba Antonio Flores en "su habitación". Hoy hago lo propio yo en la mía, recuerdo esos momentos, todos diferentes, muchos alejados de mi presente. Pero en todos sonrío y voy a imitar a esa Ester, aunque no tenga motivos. I pomise, I'm crazy.

"Que sin vosotros no hay cantante ni canción"

Os cuento un secreto, pero ssh no podéis decir nada todavía. Esta práctica es la última que hacemos, así que la siguiente entrada que también haré mañana es la última...obligatoria. Sí, prometo continuar con este blog.




miércoles, 26 de diciembre de 2012

domingo, 23 de diciembre de 2012

Hundirte en el charco

" La vida no espera, no avisa ni se hace tu amiga. La vida es un juego con una partida. Nos trata de tú, nos grita y nos mima, nos reta, nos pone un examen al día. La vida es lo único que manda en la vida. La vida no es ni tuya, ni suya ni mía. La vida es la vida, nos pone y nos quita."

Alguien a quien me unió la vida desde el minuto uno me dijo esto un día. Reflexioné y me di cuenta de la realidad de sus palabras. La vida no es un juego de niños, llega un momento en que tu mamá no te agarra de la mano para cruzar la calle, un momento en el tienes que hacer frente a los problemas como sea, pese a que no sea tarea fácil.
Sí, he dicho problemas, porque la vida es jodida, no existe una vida utópica de sonrisas y colorines y aceptarlo es duro. A veces te pega por los cuatro costados, a veces intenta hundirte y otras incluso lo consigue. 
Tan afortunado como hipócrita es aquel que dice que la vida se ha portado bien con él, porque sí, en comparación con gente que sufre de verdad día a día, podemos estar muy bien, pero siempre pensamos que por qué nos ha pasado tal cosa, que esta otra es injusta, que qué habré hecho yo.
Los problemas no se van como vienen, hay que hacer frente a ellos y no evitarlos, porque entonces nos atacarán con más crudeza. Muchos no se pueden evitar, pero muchos otros sí y por ello no hay que ponerse una venda en los ojos y hacer que no pasa nada. 
Aunque sea fácil decirlo, tampoco hay que hacerse débil, cobarde y llenarse de miedos, tampoco hay que llorar porque a estas alturas de la película quién no sabrá ya que no sirve de nada. Sin embargo, a veces caemos en todo esto que no debemos, a veces nos volvemos débiles frente a los miedos, lloramos frente a los problemas; nos hundimos en el charco y creemos no poder salir de allí.
Pero no, hay algo que no sabe mucha gente, y es que el corazón es lo más impermeable que existe, y una simple caída a un charco no lo ahoga, ni tan siquiera lo moja.
Hay que intentar esquivar los charcos, pero cuando resbalas y caes a uno, hay que salir con fuerza lo antes posible. 
La vida nos hace daño pero si no existe un contrato que firmar para subir a esta montaña rusa es porque todos lo aceptaríamos al instante, porque aunque a veces creamos que no, lo bueno siempre gana el combate final.