miércoles, 26 de diciembre de 2012

domingo, 23 de diciembre de 2012

Hundirte en el charco

" La vida no espera, no avisa ni se hace tu amiga. La vida es un juego con una partida. Nos trata de tú, nos grita y nos mima, nos reta, nos pone un examen al día. La vida es lo único que manda en la vida. La vida no es ni tuya, ni suya ni mía. La vida es la vida, nos pone y nos quita."

Alguien a quien me unió la vida desde el minuto uno me dijo esto un día. Reflexioné y me di cuenta de la realidad de sus palabras. La vida no es un juego de niños, llega un momento en que tu mamá no te agarra de la mano para cruzar la calle, un momento en el tienes que hacer frente a los problemas como sea, pese a que no sea tarea fácil.
Sí, he dicho problemas, porque la vida es jodida, no existe una vida utópica de sonrisas y colorines y aceptarlo es duro. A veces te pega por los cuatro costados, a veces intenta hundirte y otras incluso lo consigue. 
Tan afortunado como hipócrita es aquel que dice que la vida se ha portado bien con él, porque sí, en comparación con gente que sufre de verdad día a día, podemos estar muy bien, pero siempre pensamos que por qué nos ha pasado tal cosa, que esta otra es injusta, que qué habré hecho yo.
Los problemas no se van como vienen, hay que hacer frente a ellos y no evitarlos, porque entonces nos atacarán con más crudeza. Muchos no se pueden evitar, pero muchos otros sí y por ello no hay que ponerse una venda en los ojos y hacer que no pasa nada. 
Aunque sea fácil decirlo, tampoco hay que hacerse débil, cobarde y llenarse de miedos, tampoco hay que llorar porque a estas alturas de la película quién no sabrá ya que no sirve de nada. Sin embargo, a veces caemos en todo esto que no debemos, a veces nos volvemos débiles frente a los miedos, lloramos frente a los problemas; nos hundimos en el charco y creemos no poder salir de allí.
Pero no, hay algo que no sabe mucha gente, y es que el corazón es lo más impermeable que existe, y una simple caída a un charco no lo ahoga, ni tan siquiera lo moja.
Hay que intentar esquivar los charcos, pero cuando resbalas y caes a uno, hay que salir con fuerza lo antes posible. 
La vida nos hace daño pero si no existe un contrato que firmar para subir a esta montaña rusa es porque todos lo aceptaríamos al instante, porque aunque a veces creamos que no, lo bueno siempre gana el combate final. 



sábado, 22 de diciembre de 2012

Sonidos de la vida

A veces la música nos transporta a algún lugar especial, nos recuerda a alguien, nos hace sentir bien, o simplemente son bandas sonaras de nuestra vida.
Con Maldita Nerea me pasa algo así. Sus canciones me hacen sentir bien, no todas son alegres,- en realidad casi ninguna lo es al máximo-, pero tienen algo que te hace sacar la sonrisa más grande que exista y salir de cualquiera de tus problemas.
Esta es mi favorita, una canción llena de optimismo que me hizo romperme la garganta cantándola en el concierto. Porque sí, fui a uno de sus conciertos hace poco y lo disfruté, lo disfruté como se merecía rodeado de buena gente. Momentos inolvidables, momentos para recordar. Para saber algo más del grupo pincha aquí.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Pedacitos de mí

Que fácil parece buscar 10 fotografías sobre mi tema, según me pide mi profesor de informática. Mi primera pregunta es clara: ¿Cuál es mi tema? Pues como ni yo lo sé, vamos a elegir el camino fácil. Porque todo lo que nos han contado de que a veces el camino más difícil te hace más feliz, es mentira; elegid siempre un camino fácil si lo hay, que ya tocará sufrir cuando no lo haya. Esa salida sencila es YO, sobre mí, un blog que cuenta la visión de la vida de una miope -paradojas de la vida, lo llaman-, mis reflexiones, mis locuras y rutinas, en definitiva, mi vida.
Y así, he elegido estas fotos; cuentan algo de mí, son pedacitos de mí.


miércoles, 12 de diciembre de 2012

La alegría que se lleva el miedo

"Te elegí a ti...porque eres la persona que me hace feliz, eres la persona que tengo en mi mente siempre. Por la cual me arriesgué a decirle todo lo que sentía y no me importó nada de nada. Eres tu la persona que me deja pensando cosas durante todo el día, siempre me pregunto qué estás haciendo, en dónde estarás...
Eres tú la persona por la que me muero de celos si te miran o te dicen cosas. La persona por la que seguiría a pesar de todo eres tú. No me importa nada, no te cambiaría por nada ni por nadie"
¿No es precioso? ¿A quién no le encantaría que le dijeran estas palabras cada mañana al despertar? ¿Quién no quisiera tener alguien por el que sentir todo eso? ¿Quién no quisiera ser la protagonista de una historia de amor sin fecha de caducidad?
No siempre es fácil, para que negarlo. No siempre es así. A veces no nos atrevemos, por miedo, a que nos hagan daño, a que nada acabe bien. Pero la cobardía no debe ser más poderosa que cualquier otro sentimiento. Porque ya lo dice la canción: La alegría que se lleva el miedo.

martes, 11 de diciembre de 2012

Un día normal. O no.

Poca inspiración la de hoy, como casi siempre. Pero me he decidido a escribir por llenar este blog un poco, que si alguien lee esto, debe estar más que cansado de las únicas tres entradas que tenía.
Con esto no prometo escribir cada día, porque no lo cumpliría, pero sí más a menudo. Si la inspiración no llega, iré yo a buscarla. Eso sí lo prometo.
Pues hoy es martes, uno de esos que no son más que una prolongación de un lunes después de puente. Vaya, largos, aburridos y extraños.
Sigo con el mismo dolor de riñones con el que me desperté ayer. El médico lo llamó lumbago, pero yo me niego a creer que así sea, estoy bien y con un poco de tiempo esto se pasa. Aún así, no me libro de la pomada y de la manta eléctrica que ahora me está asfixiando y que será una de las causantes de mi crisis de ideas.
Sin embargo, he pasado una mañana sin grandes novedades y he comenzado lo que creía iba a ser otra tarde tan rutinaria como ha empezado. Me he puesto a ver una serie de médicos a la que me he enganchado, pese a que está lejos de cualquiera de mis aspiraciones.
Después, cuando he querido empezar a hacer productiva mi tarde, se ha apagado la luz. Esta vez no ha servido con levantar un interruptor. Parecía un problema local. Y, aunque me he apresurado a hacer los deberes antes de que se fuera la luz natural, las idas y venidas de la electricidad durante toda la tarde me han hecho llegar a la conclusión de que hoy la vida quería verme más en la prehistoria que en el mundo actual. Si quería enseñarme algo, lo ha hecho, sin duda. Me he dado cuenta de la dependencia que tenemos de todo lo eléctrico, y es que mi conversación con un par de amigas vía Internet parecía una conversación de besugos por las interrupciones de mi conexión a Internet.
Por lo demás, pocas novedades han alterado mi rutina, esa que odio tanto pero que verdad o no, me he convencido de que es necesaria para los cambios. 
Unos textos que nos ha dado el profesor de filosofía han sido los protagonistas de mis reflexiones de hoy. Como la mayoría de los ensayos que llegan a nuestras manos ahora, trataban la situación que atravesamos, que nos afecta a todos y que, hayámonos dado cuenta o no, impide el utópico mundo de colorines, de felicidad absoluta; de paz y amor. Creo que debemos reivindicar nuestros derechos, pero la opinión de esta pequeña ciudadana que parece admirar el periodismo llegará, pero aún no.
Y con todo esto, a dormir. Y mañana más ¿ Y mejor? No lo sé.



martes, 4 de diciembre de 2012

Escribir soñando.


“Sin la soledad, el amor no permanecerá mucho tiempo a su lado porque el amor también necesita descanso de manera que pueda viajar por los cielos y manifestarse de otras formas. Sin la soledad ninguna planta o animal sobrevive, ninguna tierra es productiva por mucho tiempo, ningun niño puede aprender acerca de la vida, ningún artista logra crear cosas nuevas, ningún trabajo puede crecer y ser transformardo...”

Hace poco tiempo me topé con este fragmento.  Me gustó y descubrí que pertenecía al libro Manuscrito encontrado en Accra, de Paulo Coelho, de quien ya me gustaba su forma de escribir.


Un grande

Hace días descubrí cosas nuevas que me hicieron sentir bien. Esos momentos los recuerdo, es importante marcarlos bien en el calendario.
Aunque parezca una paradoja o una contradicción de esas que intento estudiar en clase de lengua, el día que eso ocurrió fue también algo decepcionante. No, no voy a irme por las ramas, ni voy a entretener a los cuatro gatos que leerán esto con frases innecesarias. Pues bien, me explico, ese día que tengo marcado en el calendario porque entonces aprendí cosas nuevas es el mismo en que mi ídolo perdió un mundial que se merecía y peleó como el que más.
¿Qué se puede aprender cuando un ídolo es vencido por el afortunado de turno al que se lo han puesto más fácil?, diréis. Mirad, lo primero que aprendí aquella tarde es que no siempre gana el mejor, el que más se lo merece. A veces, este es vencido por la suerte, el azar, las facilidades del adversario. Es así, resulta injusto, pero es así y como es debemos aceptarlo y hacernos fuertes para que no vuelva a ocurrir.
Es esta una reflexión importante que desde entonces utilizo en mi vida, ¿recordáis?, esa que no es más que un mero camino hacia la felicidad. Pero no la única.
Aprendí también que no hay que rendirse por otros que no lo hacen. Me explico. Antes de esa carrera, yo dí todo por vencido pese a que mi ídolo confiaba en que no era imposible, en que podía lograrlo. No, no lo logro, perdió pero peleó hasta el final y estuvo a punto de conseguir algo que parecía imposible. Lo mejor, que al final se dio por satisfecho y estuvo orgulloso de su trabajo y el de su equipo. Un ejemplo.
Se me había olvidado deciros de quien hablaba. Sinceramente, no he querido decíroslo hasta justo este momento, para que no influyese vuestra visión o lo que os contaron de la carrera. Es Fernando Alonso. Lo admiro desde que soy una enana y lo haré siempre. Un grande.
Para saber algo de su vida, pincha aquí.